El porqué del efecto óptico

Es habitual encontrar efectos ópticos en Internet. Son muy curiosos y por ello nos gustan. Pero suelen ir sólo con la presentación del efecto sin la más mínima explicación del porqué.


El curioso que se precie gusta de la curiosidad, pero tanto o más de la explicación.

A continuación un curioso efecto óptico que, como no, vamos a intentar explicar con claridad.





1. Seguir con la mirada al punto rosado en movimiento. Sólo se ve el color rosado

2. Ahora fijar la vista en la cruz central. El punto en movimiento es ahora de color verde.

3. Mantener la vista en la cruz central sin desviarla. Después de un breve periodo de tiempo dará la impresión de que el punto verde va borrando los puntos rosados, hasta que todos ellos desaparecen y tan solo queda el punto verde girando alrededor de la cruz.

Por supuesto, no hay ningún punto verde ni desaparece ningún punto rosado. Es nuestra vista y nuestro cerebro los que nos engañan.


Veamos para ello el siguiente efecto:


1. Fijar la vista en el punto central del círculo de contorno nítido. El contraste permanece constante.

2. Fijar ahora la vista en el punto central del círculo de contorno difuso durante unos 30 segundos sin mover la vista del punto. Se observa que el contraste decrece hasta el punto que el disco desaparece.

Otra curiosidad que se deduce de este efecto es que si dos áreas reflejan la misma cantidad de luz, pero presentan contornos diferenciados, la que posea el contorno nítido parecerá más oscura que la que lo presente difuso. En el ejemplo el tono de gris en la parte central es el mismo en ambas imágenes.

Ambos efectos se deben a que la vista responde bien a los cambios abruptos en el estímulo y menos bien a los cambios graduales.





Esta espectacular ilusión óptica es conocida como Spinning Silhouette Optical Illusion (ilusión óptica de la silueta giratoria) y fue creada por Nobuyuku Kayahara en el año 2003.




En ella se puede observar a una chica girando ¿hacia la izquierda? ¿hacia la derecha? Ahí radica lo sorprendente: gira hacia ambos lados y depende del observador que gire hacia uno u otro lado. Es más, con un poco de práctica se puede conseguir que gire hacia en el sentido que nosotros queramos y cuando queramos. Solamente hay que aprovechar el momento oportuno para “ordenarle” que cambie la orientación del giro.

Al ver la imagen por primera vez la observamos girar en un sentido. Ahora es difícil que gire en otro la próxima vez que la veamos: hemos asimilado un sentido y así la veremos siempre, a no ser que podamos forzar el cambio.

Para ello se han de seguir unas sencillas instrucciones:

1. Ser consciente de por qué gira de una manera u otra. ¿Qué pierna tiene levantada? Si has interpretado que es la izquierda, la muchacha gira hacia la izquierda, es decir, al contrario que las manecillas del reloj. Si has interpretado que es la derecha, gira hacia la derecha, es decir, en el mismo sentido que las manecillas del reloj.

2. Aprovechar los momentos de ambigüedad. Cuando la imagen presenta una situación indefinida en la que una pierna puede ser tanto la derecha como la izquierda.

3. Forzar la interpretación. Cuando se den esas situaciones obligarnos a interpretar que la pierna izquierda es la derecha y viceversa. Para ello suele dar buen resultado mirar el talón de la pierna levantada y tratar de ver que la pierna dibuja la trayectoria de un semicírculo, no de una vuelta completa, como si rebotara al alcanzar en el punto máximo de la izquierda o de la derecha.

Suerte, no es fácil de conseguir la primera vez. Pero es gratificante luego hacerla girar a voluntad.



El siguiente efecto óptico creo que es bastante conocido. Pero al que lo vea por primera vez, seguro le sorprenderá.

Las instrucciones son las siguientes:

1. Mira fijamente y sin apartar la vista los cuatro puntos centrales de la imagen, durante unos 30 segundos.

2. Mira ahora hacia una superficie lisa de un solo color claro (una pared blanca, el techo, la pantalla en blanco del monitor…)

Puedes mirar fijamente o parpadear rápido repetidas veces hasta fijar una imagen que se mantendrá nítida durante un par de segundos.

Aquí está la imagen:


¿Y por qué pasa esto? ¿A qué se debe esta “aparición”?

La aparición de estas post-imágenes se deben a la permanencia retiniana. Al mantener la vista fija en la imagen durante cierto tiempo, ésta no se borra inmediatamente sino que se mantiene unos instantes aunque ya no la estemos mirando. Algo similar —salvando las distancias— a lo que ocurría en los antiguos monitores de fósforo verde que mostraban una imagen practicamente fija: se acababa fijando la imagen en la pantalla aunque éste se apagara.




Se habló acerca del efecto de la bailarina y de su sentido de giro.

Ahora vemos una nueva ilusión consistente en una esfera a la que también podemos hacer girar en uno u otro sentido a voluntad.

En realidad no se trata de una esfera, sino de una nube de puntos en movimiento que nuestro cerebro interpreta como una esfera, dotando de tres dimensiones a una imagen que solamente tiene dos. Así funciona nuestro cerebro… ¿se mueve?… entonces tiene volumen.

Pero, ¿hacia donde gira?

Pues, en realidad, en ningún sentido. Así que unas veces nos parece que gira hacia la izquierda y otras hacia la derecha, es decir, levógiro unas veces y dextrógiro otras.

Con un poco de paciencia y algo de práctica, puedes hacer cambiar el sentido de giro de la esfera. ¡Pruébalo!